Me acuerdo muy bien siempre de lo que sueño cuando me levanto. Hace poco me quedaba solo en el dormitorio con la novia de un amigo. Guapa, morenota, ojos penetrantes, simpática, y con buenas tetas. Me preguntaba que qué hacía yo entre las sábanas aún, con lo tarde que era. Llevaba un vestido de seda, un camisón, muy cortito. Estaba apoyada a la cajonera delante de mí. Ella quería que me levantara y ya de paso que me empalmara también. Así que sin dejar de mirarme, se giró y se subió el camisón enseñándome así unas preciosas bragas de color granate. Yo le dije -tía, me estás poniendo palo További tudnivalók